El Hijo de Sadam Hussein Que Amenazaba a Sus Futbolistas

Una competencia deportiva debería ser un motivo de orgullo y alegría para los participantes, además de tener un grado de responsabilidad. Esto se convierte en presión cuando se exigen resultados y más cuando uno de los dirigentes baja la norma de que sólo hay dos opciones: "vencer o morir".

Fue así como vivió el fútbol Uday Hussein, el hijo de Sadam Hussein, ex dictador de Irak. Sus amenazas eran algo de todos los días ya sea para sus jugadores como también para rivales. Este accionar convirtió al torneo asiático en una pesadilla que te revelamos a continuación.

¿Quién era Uday Hussein?

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Este perverso dirigente era el primero de los hijos de Sadam Hussein y quien era el sucesor en el trono de Irak. Su destino de ocupar un lugar en el poder se vio frustrado debido a que se lo vinculó a reiteradas violaciones y asesinatos. Ello lo marcó como un monstruo en su nación y hasta fue perseguido por su padre para llevarlo a la cárcel.

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El fútbol como demostración de poder

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Si bien el padre de Uday, Sadam nunca se centró en el fútbol como arma política, éste lo manipuló en 1984 mientras estaban en guerra con Irán. Para mantener "alegre e incentivada" a la población en medio de un conflicto bélico, se hizo lo posible para que el equipo del ejército campeonara. Eso incluyó amenazas a los árbitros y prolongaciones de partidos por más de media hora.

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Presidió la Federación de Fútbol de Irak

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Uday sentía pasión por el fútbol porque a través de éste lograba conseguir dinero. Fue así como, además de contar con un poder importante por ser el "hijo de", presidió la Federación de Fútbol de Irak. Allí no acabó su incursión en el deporte ya que además, fue líder del Comité Olímpico Internacional.

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Las amenazas como modos de presión

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Quienes rodeaban a la selección de Irak aseguraron que Uday era un fanático enfervorecido pero con el poder máximo de un dirigente. Ello quedó evidenciado en varios futbolistas del seleccionado que aseguraron recibir llamadas del hijo del dictador durante el entretiempo de los cotejos asegurándoles que les cortaría las piernas si no lograban salir vencedores.

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Cátedras de tortura

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Al llegar a la cima dirigencial del deporte en su país, Hussein comenzó a adoctrinar a sus seguidores en el cargo. Uday, con menos oposición que antes y más poder, se las ingenió para redactar instrucciones específicas de como se debían torturar a los deportistas en caso de ser derrotados. Esas cartas del terror indicaban desde cuantas veces debían golpearlos hasta cuantos perros debían atacarlos.

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El principal enemigo, Irán

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Irán e Irak llevan adelante una rivalidad muy marcada a nivel política que se expande a todos los demás sectores de la nación. Debido a ello, cuando el seleccionado enfrentaba a Irán, las amenazas aumentaban. Desde charlas de motivación mezcladas con amenazas que Uday era capaz de dar, hasta amenazas de hacer explotar el avión que los trasladaba eran sus herramientas.

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La sede de la tortura

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Las instalaciones del Comité Olímpico Internacional en Irak fueron tomados por Uday, quien era el líder de dicho lugar y modificado en su función totalmente. Ya no se tocarían temas de deportes allí sino que sus habitaciones fueron utilizadas para torturar y aprisionar a los atletas que no consiguieran buenos resultados.

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El desgarrador relato de Haydar Mohamad

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Haydar Mohamad fue uno de los futbolistas que vivió el encuentro entre Irak y Jordania disputado en Amán en 1998. Éste relató: "Me torturaron en cuatro ocasiones. Nos quitaron la ropa, nos metieron en una celda y nos encadenaron". Y continuó: "Nos daban más de 20 latigazos por día y nos torturaban con aparatos electrónicos".

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La tragedia del Mundial 2002

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Irak se jugó la posibilidad de disputar el Mundial de Corea - Japón 2002 ante Jordania en 2001. Fue allí cuando el cotejo derivó en los penales y ninguno de los jugadores quería patear por miedo a fallar y ser torturados. "Si nadie se atrevía a lanzar, nos iban a castigar a todos" relató Abbas Rahim Zair quien pateó y falló. La consecuencia fue ser torturado por tres semanas.

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Ni el capitán se salvó de las torturas

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Yasser Abdel Latif era el capitán del seleccionado iraquí y fue quien además perdió las riendas de su comportamiento al golpear a un árbitro y ser expulsado. El castigo no acabó allí ya que Uday lo envió a Radwaniya, un campo de prisioneros en Irak donde fue alojado en una celda para prisioneros y obligado a realizar ejercicios físicos intercalados de descargas eléctricas.

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Presión física y psicológica

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Latif dejó en claro que tras esos días de sufrimiento en la prisión, se planteó dejar el fútbol profesional pero los propios dirigentes no se lo permitieron. En pocas palabras, el capitán no tenía alternativas. Y le aclararon que si de alguna manera dejaba de ir a entrenar, iba a ser acusado de opositor al régimen y podrían ejecutarlo.

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Nadie escapaba de Uday

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Una de las estrellas del seleccionado, Jaffar, explicó lo que sentía al jugar para Uday: "Una vez que iba por ti, ya no tenías escapatoria. La única forma en la que conseguí alejarme fue marchándome fuera a jugar". El futbolista fue uno de los más castigados tras las derrotas y debió hacerle frente a baños en aguas putrefactas y mordeduras de perros.

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Al dejar el país seguían siendo perseguidos

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En el caso de que algún futbolista iraquí se destacara en demasía e intentara dejar su nación para desarrollarse en otro país, debía afrontar otro inconveniente. Estos estaban obligados a entregar el 40% de su salario a la federación. Ello le sucedió a Jaffar cuando firmó con el Al-Rayyan de Qatar por 5 años.

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Las amenazas no funcionaban

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Lo que Uday quería lograr con sus amenazas y torturas era una respuesta que luego no se veía en el campo de juego. Jaffar reveló intimidades del vestuario rumbo al Mundial de 1998 cuando enfrentaron a Corea del Sur: "Perdíamos 1-0 y en el vestuario Hussein nos amenazó con estar un mes presos si no remontábamos". El partido acabó 3-0 en su contra.

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La tortura posterior a la derrota

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En esa situación donde el seleccionado iraquí no había conseguido el boleto a Francia 1998, todos debieron soportar la tortura a posterior. Jugadores y cuerpo técnico fueron llevados a una granja donde durmieron y se alimentaron junto a animales. Tras 18 días y con varios futbolistas enfermos, éstos fueron liberados.

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El estremecedor lema de Uday

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Es sabido que la FIFA mantiene varios lemas a favor de un juego responsable, que fomente el juego limpio y la unidad pero Uday tenía sus propias frases de cabecera. "En deporte, se puede ganar o perder. Pero si perdéis, sabéis que no volveréis a vuestras casas".

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Sobornos

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Para ocultar estas prácticas inhumanas que llevaba adelante Hussein, se pagaban sobornos a dirigentes del ente máximo mundial del fútbol. Incluso, la FIFA alertada por las denuncias de agentes externos ingresaba al país pero Uday secuestraba a los futbolistas que aún tenían cicatrices o heridas de torturas recientes para que no fuesen vistos.

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El día que todo acabó

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Estas atrocidades que tuvieron lugar desde el año 1996 hasta el 2003, fueron reveladas luego de que falleció Uday ya que poco se sabía durante ese período. Este torturador empedernido murió a causa de un bombardeo norteamericano en la ciudad de Mosul.

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Sensación de libertad

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Uno de los futbolistas que vivió el régimen de Uday en el fútbol iraquí y que luego pudo disfrutar de el período posterior a su muerte fue Latif. Él resumió: "Gracias a Dios, hoy siento que tenemos libertad para expresarnos jugando al fútbol. Antes no podíamos. Daremos más de lo que dimos en el pasado".

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La conquista de la Copa de Asia

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En lo que fue un hecho histórico para Irak, tras cuatro años de haberse liberado de Uday y sus constantes represiones, el seleccionado se hizo de la Copa de Asia. Venció en el 2007 a Arabia Saudita por 1 a 0 con gol de Mahmoud, en lo que fue el histórico título por primera vez de una Copa asiática.

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Una vida de caprichos

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Un militar cercano a Saddam Hussein, Mshan Jabouri, reveló que desde los 14 años que a Uday se le brindaron todos sus antojos y ya nadie le pudo negar su petición. "Comenzó con su colección de Ferraris, Mecedes y otros autos" reveló quien desertó al régimen de Saddam en 1995.

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Su primer asesinato

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Al ser un joven sin educación, despiadado y lleno de poder, Uday comenzó a hacer atrocidades a temprana edad. A pedido de su madre, Sajida Tulfah, asesinó al guardaespaldas de Saddam, Kamel Hana Geogeo. Fue allí cuando recibió su primer revés, su padre y dictador de Irak lo denunció y fue procesado por asesinato.

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Atentó contra los niños iraquíes

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La relación entre Uday y Saddam no fue la mejor desde aquel hecho del asesinato de su guardaespaldas y empeoró en agosto de 1999. El incorregible Uday desvió un cargamento de leche que estaba destinado a niños iraquíes de bajos recursos. Fue allí cuando su padre disparó: "Uday es una verguenza para el país y el más corrupto de los corruptos".

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Sufrió un atentado en 1996

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Entre todas las terroríficas acciones que desarrolló Uday, fue en 1996 que le tocó estar del otro lado del hecho, de los perjudicados. A los 32 años de edad, recibió un tiro en la ciudad de Bagdad mientras estaba en su automóvil. Aquel fue el tercero de los cuatro atentados que atravesó. En 1991 resultó ileso y en 1992 un hombre le disparó en una mano mientras manejaba un auto de carreras.

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Fue condenado a muerte

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Corría el año 1988 y Uday atravesaba un proceso judicial en el que fue condenado a muerte pero allí más que nunca tomó relevancia la frase que expresa "los poderosos nunca pagan por sus cometidos". Sadam indultó a su hijo y lo extraditó a Suiza donde estuvo exiliado varios años.

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Aterradora situación familiar

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Foto de AMR NABIL/AFP via Getty Images
Foto de AMR NABIL/AFP via Getty Images
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Cuando los iraquíes lo describieron a Uday como un personaje aún más aterrador que su padre no se equivocaban. En 1995, el primogénito de Sadam dividió a la familia en dos bandos al desenfundar su pistola y descargar dos tiros en el corazón de su primo Ahmed. La insólita razón por la cual lo hizo fue por negarle las llaves de su Lamborghini Diablo.

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Asesinatos a sangre fría

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El período de terror de Uday no se sació con un par de asesinatos sino que continuó con su accionar. Atacó a la familia de su cuñado Watban Ibrahim Hasan y le dio muerte a cinco personas en aquella noche, la esposa, un hijo y tres guardaespaldas fallecieron. Además, se lo relaciona con ser el autor intelectual de otros cuñados suyos.

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Lo odian más que a Sadam

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Mientras que Estados Unidos lo consideró durante años como una amenaza y lo calificó como un posible asesino de su propio padre, Sadam, en Irak lo despreciaban más que al dictador. "Menos mal que no cayó Sadam, demos gracias a Dios. De haber caído, hoy podríamos estar en manos de Uday" comentó un opositor al régimen por esos años.

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El negocio familiar

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Este despiadado personaje fue protegido a pesar de las diferencias de su padre para ser el heredero al trono, hecho que no logró. Lo que sí alcanzó fue su fortuna que la trabajó con un negocio nacional de comidas rápidas y una cadena de heladerías, sumado al periódico Babel, el más influyente de Irak.

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¿Un atentado familiar?

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El último atentado contra la vida de Uday ocurrió en 1997 y todas las conjeturas apuntaron con que fue un accionar interno en la familia Hussein. Fue como consecuencia de haber asesinado a Watban Ibrahim, quien era su tío. Uday recibió cuatro disparos de las cuales una se le incrustó en su espina dorsal. A pesar de ello, tuvo la fortuna de mantenerse con vida.

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Uday y Latif Yahia

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El elegido por Uday para hacerse pasar por sí mismo fue Latif Yahia. Este era uno de los oficiales del Ejército iraquí y le sirvió de fidai -de doble y guardaespaldas-. Además de contar con las similitudes faciales, había sido compañero de escuela del hijo de Sadam. Él era el indicado.

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La tortura como método

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Quien fuera elegido para ser su doble, Latif Yahia se negó a ello por el riesgo de ser asesinado. La propuesta de Uday fue simple: "Quiero que seas yo y vas a tener la vida más hermosa sobre la tierra". Ante la negativa, lo tomó de rehén y lo dejó siete días en un cuarto diminuto donde no podía sentarse ni acostarse por las dimensiones del mismo y pintado en su totalidad de rojo.

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El interior de su palacio

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Los lujos de Uday seguían puertas adentro de su residencia que poseía en el estado donde su padre era presidente. Su habitación estaba ambientada al estilo arábigo, con fuentes de agua y murales eróticos. Inclusive, los militares estadounidenses, una vez derrocado el régimen, aseguraron que tenía toneladas de drogas y un equipamiento de pruebas de HIV sida.

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Intentó matar a su doble

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En los diferentes arrebatos de locura que se apoderaron de Uday, fue en 1991 que disparó contra Latif Yahia durante una pelea en el hotel Meliá Mansour de Bagdad. Tras cuatro años y medio trabajando para Uday y propiciado por ese hecho, aprovechó para huir del país que todavía intentaba recuperarse de la guerra del golfo.

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Preparación de un doble

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Uno de los tantos procesos por los cuales tuvo que transcurrir Latif Yahia fue el de observar durante horas videos de personas siendo torturadas. Al tener que hacerse pasar por Uday, éste debía actuar como él y no dejar que la crueldad de toda la familia de Sadam lo sobrepasara.

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Cuarto y último intento de asesinato

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El final de la historia ya se sabe, Uday se salió con la suya y sobrevivió pero fue Salman Sharif quien estuvo más cerca de asesinarlo. Luego de meses de planeamiento, Sharif y sus hombres dispararon más de 50 veces contra el Porsche donde estaba el hijo del dictador. Increíblemente, apenas 4 disparos lo alcanzaron.